jueves, 31 de diciembre de 2009

DF: publicidad 2009

Despidiendo al 2009 con un raro sabor de boca, no es malo...pero si disgusta un poco saber la mala publicidad que nuestro DF tuvo este año. Empezamos con la Influenza AH1N1, que aunque fue "controlada" tuvo repercusiones catastróficas y vimos desérticas las calles, y todo aquel dinamismo que caracteriza a nuestra ciudad se quedó bajo las cortinas de los negocios, el silencio de las salas de cine y teatro, los libros cerrados de las escuelas y las multiconversaciones de los restaurantes. Para colmo, la naturaleza se empeñó en ponernos en una disyuntiva: primero todos adentro, después todos afuera ¡Un temblor! ¡Qué diablos!
Para hacernos más crítica la situación, damos paso a un usuario del metro que se dignó a autonombrarse: llamado de Dios. Si, claaaaro. Y le vino en gana ponerse a hacer sus escenitas violentas, dentro del vagón repleto de almas, y usar una pistola como medio de expresión. Gracias "amigo" ciudadano, el medio de transporte más usado perdió mucha de la confianza que se le tenía.
Ah, pero los extranjeros quisieron también hacer su presencia en la ciudad. Bienvenido secuestrador de aviones...¿sabes leer? Aquí es México, no EUA. Allá si es típico...¿qué querías hacer: llamar la atención? Lo hiciste, y de paso nos hiciste tener un punto más en contra en el maravilloso Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Y así se unieron el metrobús y sus accidentes, la incansable -y de hecho ni se le ve final- lucha contra el narcotráfico, la repentina clausura del SME y sus múltiples manifestaciones, ahh...y la linda pero conflictiva colocación del árbol navideño más grande del mundo.
Este año no fue el mejor para el DF, en realidad fue manchadita su reputación. Pero no deja de ser encantador para quienes lo vivimos día a día, ¿qué no? Y bueno, no por nada se ha ganado su nombre: ciudad de la esperanza.
Feliz 2010, y que venga con él mejorías para nuestra vida citadina.