martes, 17 de agosto de 2010

Hay pistas...hay pizcas


Hay pistas y pizcas de que vienen momentos explosivos...y no precisamente malos. La pasión pareciera que me está invadiendo como le escurre el agua a las paredes. Una canción, una frase, una pregunta y una respuesta; un par de búsquedas, una fotografía y varias letras de ayer. Tal cual se explica en La insoportable levedad del ser: "...encuentros casuales de personas y acontecimientos a los que se llama coincidencias. (...) La gente no se percata de la inmensa mayoría de estas coincidencias." Y sucedió una de esas hoy, a pocas horas de dormir recolecté las pistas...las pizcas para este recorrido en tono silencioso. Una especie de renacimiento, de lucidez para el ser que flota dentro de mis pasos.

Hoy hubo pistas, que darán paso a las pizcas que siempre he estado buscando. Es preciso entonces dejar el miedo en una caja formada por mi puño cerrado, porque de otro modo me regresará al lado oscuro.

¡Vaya coincidencias! Se te enfrentan dominantes, sencillas y tan perfectas, contornénadose entre ellas para regalarle a uno esa mecha incandescente que la dedicación puede dar vida. Amor, pasión, entrega, fuerza...y clavas las uñas fuertemente en las palmas de tus sueños.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Sentimiento de inutilidad


¿Cómo se mide el grado de incapacidad de alguien para hacer algo? ¿Será a través de los resultados, o mediante el esfuerzo que realiza para llevar a cabo algo? ¿Cómo se designa a alguien como apto para una actividad?

No importa esta vez responder a estas interrogantes, sólo necesito manifestar la tremenda sensación de inutilidad que me cargo esta noche, o estas primeras horas del martes. Es como si de pronto me encontrara dimunita dentro de un mundo gigantesco que me aplasta cada vez que no cumplo con mi objetivo, cada vez que siento que fallo. Una especie de inmadurez ante la vida real y una falta de conocimiento para ser "alguien" en la vida. Otra vez duele. Y sé que es para crecer, pero duele. Lastima sentirse así y estar consciente que de nada sirve evitarlo en este momento, porque más adelante me tendré que enfrentar a esta maldita frustración. Es una estupidez que mi desempeño se vea tan turbio cuando mis manos y mi mente, sé perfectamente, pudieran dar para más.

martes, 10 de agosto de 2010

Claves depresivas del lunes

Qué risa me doy en este momento. Ya tengo un trabajo, ya hay un horario que rija mi agenda, ya tengo un plan exacto, y quizá hasta una actividad certera. Hoy también fue lunes, y con todo y la "certidumbre" que podría significar el hecho de trabajar, volví a sentirme deprimida. Esto no es malo, pero tampoco es bueno. Sólo es la clara señal de que algo anda mal...peor de lo que pensaba. La satisfacción no viene en esta ficticia forma de ser útil para el sector laboral, está más allá de un horario y una carga de actividades.

Quiero tomar el aire suficiente para despejar la mente y dejar en frío el pensamiento absurdo de las soluciones mágicas. Quiero hacer con mis manos lo que dicta el corazón. Quiero pintar mi cuarto, quiero salir a ponerme ebria, quiero tener las ganas de arriesgarme con todo por ser el animal que puedo ser.

Me queda bien puesta la razón ante los ojos: los lunes son claves depresivas, porque en el comienzo del pequeño lapso llamado semana es justo cuando retomo la conciencia de que las cosas en mi vida podrían estar mejor.